Ir al contenido principal

Destacados

El regalo de los Reyes Magos

U n dólar con ochenta y siete centavos. Eso fue todo. Y siete centavos eran en centavos. Centavos ahorrados uno a uno, derribando al tendero, al verdulero y al carnicero hasta que las mejillas ardían con la silenciosa calma que implicaba un trato tan cercano. Della lo contó tres veces. Un dólar con ochenta y siete centavos. El siguiente día sería Navidad. C laramente, no había nada que hacer más que dejarse caer en el pequeño sofá destartalado y gritar. Así que Della lo hizo. Lo que suscita la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, predominando los lloriqueos. Mientras que la dueña del hogar va pasando gradualmente de la primera etapa emocional  a la segunda, echa un vistazo a su casa. Un piso amueblado a $8 por semana. No excedía exactamente la descripción, pero ciertamente tenía esa palabra al acecho: precaria mendicidad. En el vestíbulo de abajo había un buzón en el que no entraría ninguna carta y un botón eléctrico del que ningún dedo mortal p

PIERCINGS


“Me gusta usar el piercing porque... fue la única forma que encontré para que me aceptaran en la gallada del barrio. Además, los “duros” del parche son los que más tienen y, claro, son más respetados”.


Bueno, ¿Qué pasa si salís sin el “piercing?”

“Nooo. ¿Qué te pasa? Así uno queda expuesto a muchas situaciones, no me siento seguro.

“Soy un hombre maduro y el “piercing” que uso en la lengua pues... me hace más atractivo para las mujeres jóvenes y me da ciertas ventajas en la intimidad, usted me entiende...”

“Trabajo como profesor hace algunos años y este es un colegio de estrato bajo, aquí los pelados son muy difíciles... Desde que tengo el “piercing” en la nariz he encontrado identidad con los estudiantes, me respetan, les infundo como miedo y ya no me molestan más. Siempre lo uso, sobre todo, en las horas de descanso, no salgo sin él.“


Estos son algunos apartes testimoniales de las entrevistas preliminares que se realizaron antes de iniciar formalmente el estudio sobre el uso del “piercing" en colegios de la ciudad de Calí.
Esta investigación realizada por los Odontólogos Ana Fernanda Jaimes y Jesús Alberto Calero, Profesores de la Escuela de Odontología de la Universidad del Valle, evidencia que las precarias condiciones de higiene y bioseguridad que presentan algunos lugares donde jóvenes, y en ocasiones adultos, acuden para incursionar a la moda del piercing, convierten esta práctica ancestral en un potencial problema de salud pública, pues aún no se tienen en cuenta los riesgos que pueden ocasionar en órganos y tejidos del cuerpo.

“La colocación inadecuada del piercing puede ocasionar lesiones irreversibles en estructuras y tejidos, infecciones en el área de colocación, infecciones locales, irritaciones, laceraciones de tejidos blandos y cicatrices en áreas externas del cuerpo. En cuanto a tejidos dentales, es frecuente encontrar fracturas en la cara lingual de los dientes y recesiones gingivales en especial cuando se usa en la lengua, pues la bolita del piercing toca las caras lingüales de los dientes.”


En la investigación participaron 219 estudiantes de secundaria entre los 11 y los 21 años de edad de cuatro colegios de la ciudad de Santiago de Cali en diferentes estratos socioeconómicos. Se aplicó una encuesta a los estudiantes que utilizaban piercing y una entrevista aleatoria a profundidad identificando variables como género, edad y condición social. El piercing no es la joya o el accesorio en sí sino la perforación que se realiza y la joya que le acompaña.

De acuerdo con los resultados de la muestra, el uso del piercing se presenta en los jóvenes entre 13 y 21 años y son los hombres, con un 64.8% de la muestra, quienes están más interesados en lucir los adminículos o accesorios en sus cuerpos.

Los estudiantes prefieren lucir sus piercings en la oreja con un 50.28% de predilección, seguido de la lengua con un 13.7%; también se utiliza en la parte superior de la ceja, el ombligo y, finalmente, los órganos genitales. La selección del sitio para perforar está muy ligada a las creencias culturales y la percepción individual de la estética del cuerpo.

La forma de cada joya debe concordar con el lugar del cuerpo elegido para lucir el piercing.

El material de estos accesorios suele ser titanio, acero quirúrgico, pero también se utiliza el platino, el oro o el PTFE, que es un material parecido al polietileno.


La variable socioeconómica ubica al estrato medio como el de mayor incidencia siendo el 55.7% de los estudiantes encuestados, seguido del estrato bajo con una representación del 24 % de la muestra.

El uso de piercings es muy antiguo. En algunas culturas como la egipcia se utilizaban por belleza, en la época de la esclavitud, los piercing eran colocados en los genitales de los esclavos con el propósito de que no tuvieran relaciones sexuales. En la época de los romanos, los piercings se colocaban en las tetillas de los guerreros y gladiadores como muestra de virilidad y accesorios para sus vestimentas.

“Las perforaciones y el uso de joyas son prácticas ancestrales que, en la actualidad tienen gran popularidad. En la juventud colombiana y vallecaucana es un adminículo que tiende a convertirse en un problema sanitario si no se mejoran los protocolos de bioseguridad, los procesos técnicos para perforar los tejidos y la higiene adecuada que se debe mantener posterior a su colocación”.


Fuente:Agencia AUPEC

Comentarios

Entradas populares