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El regalo de los Reyes Magos

U n dólar con ochenta y siete centavos. Eso fue todo. Y siete centavos eran en centavos. Centavos ahorrados uno a uno, derribando al tendero, al verdulero y al carnicero hasta que las mejillas ardían con la silenciosa calma que implicaba un trato tan cercano. Della lo contó tres veces. Un dólar con ochenta y siete centavos. El siguiente día sería Navidad. C laramente, no había nada que hacer más que dejarse caer en el pequeño sofá destartalado y gritar. Así que Della lo hizo. Lo que suscita la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, predominando los lloriqueos. Mientras que la dueña del hogar va pasando gradualmente de la primera etapa emocional  a la segunda, echa un vistazo a su casa. Un piso amueblado a $8 por semana. No excedía exactamente la descripción, pero ciertamente tenía esa palabra al acecho: precaria mendicidad. En el vestíbulo de abajo había un buzón en el que no entraría ninguna carta y un botón eléctrico del que ningún dedo mortal p

Capitalismo: el dinero primero después la miseria humana.

Pueden creer mis queridos lectores que haya gente inteligente que todavía apoya el capitalismo aún cuando puedan ver la crisis en muchos países europeos. Un ejemplo que me cuesta creer que haya sido ocultado con tanta malicia y astucia: más de 3 millones de viviendas rematadas por bancos en los Estados Unidos. Es increíble ver en los noticieros de los medios capitalistas como maquillan la noticia, escasos segundos mencionando semejante atrocidad a miles de familias, cuyos recursos económicos disminuidos debido al alza desmesurada de los intereses. Puede una sociedad soportar el bestial avance de un sistema económico que valora el dinero más que al ser humano? Que dice la gente común de todo esto? 

Mucha gente que ha nacido y crecido con el sistema capitalista es tan fría con sus semejantes, que solo dicen que a ellos les importa un comino la suerte de la gente pobre. Argumentan que mientras ellos sean felices en su periodo terrenal de vida nada más importa. Esta gente, sin temor a equivocarme son semejantes a cascarones vacíos que no aportan nada a la evolución humana. Carne y sangre sin consecuencia ni rumbo. Con ellos no hay nada que hacer. Son la eterna vaguedad de la humanidad.

El capitalismo consume recursos de forma voraz y velozmente. Pronto al ritmo actual de este infame sistema económico la tierra agotara todas las reservas naturales. Cuando este momento llegue el hombre se convertirá en su propio enemigo. Hombre tras hombre en su destrucción.


NO  AL CAPITALISMO INHUMANO QUE DESTRUYE EL PLANETA TIERRA


Escritor de Letras

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