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Eterno en las Sombras del Tiempo. Parte I.

En las profundidades de una cueva olvidada en las montañas de los Andes, donde el viento susurra lamentos que ni los dioses han oído, yace el hombre que desafía al tiempo mismo. Su nombre, si es que alguna vez lo tuvo, se perdió en las arenas del olvido hace eones. En muchas épocas tenia por nombre  El Errante,  pero él se hace llamar Kairos, un eco de la antigua palabra griega para el momento oportuno. Porque en sus 50 millones de años de existencia, ha aprendido que el tiempo no es un río lineal, sino un laberinto de instantes robados y eras devoradas por el silencio. K airos no envejece. Su piel, tersa como la de un niño pero marcada por cicatrices invisibles —huellas de glaciaciones, erupciones volcánicas y guerras que borraron civilizaciones enteras—, brilla bajo la luz mortecina de su refugio. Sus ojos, dos pozos negros salpicados de estrellas extinguidas, han visto el nacimiento de los primeros homínidos en las sabanas africanas, cuando el sol era más joven y el aire ol...

Matrimonio: Cocinera, sirvienta y amante.


Hoy en día el matrimonio parece ser una solución muy buena para los "hombres" que menosprecian a las mujeres. Y coloco la palabra hombre entre comillas para significar que este calificativo es demasiado grande para estos seres.

Con un empleo formal consolidado y con treinta tantos años a cuestas esta clase de hombres añora tener una esclava legal, para todos los insufribles quehaceres del hogar: lavar, cocinar, planchar. Y su función como madre que requiere una especial atención y tiempo. Además debe calmar la bestia animal en que se transforma este molde de hombre, cuando busca sexo al llegar de su trabajo. Y cuidado si la cansada esposa-esclava no complace los apetitos desaforados del macho de la casa. Porque surge la amenaza y el chantaje. Si no consigo en mi casa lo que busco, lo consigo fuera de ella _ dice el neanthertal con corbata_ Y ella que apenas llega a los treinta, sucumbe ante tales pretensiones. Pues sabe que si lo pierde no tendrá como enfrentar la vida con sus hijos. El temor la invade.Esta mujer pasa el día limpiando, lavando y cocinando. Y con la atención puesta en los niños todo el día. Ella cuyo valor ante la realidad que vive la engrandece, tiene todos los caminos cerrados. Pues su maridito, no permitirá bajo ningún aspecto que estudie o trabaje. Para que necesita estudio?_se pregunta el señor_ si para lavar, cocinar y atender los niños no se necesita un diploma¡¡ Para que trabajar? Si yo me parto la espalda proveyendo dinero cada día__pobrecito desde la óptica de estos señores hay que hacerles una estatua. Sufren tanto ¡¡¡__

El mensaje final para las mujeres es que despierten y rompan sus cadenas. Un hombre que las ame de verdad y las valore como seres humanos siempre compartirá responsabilidades en el hogar. Así que mucha entereza y valor.

Autor: Escritor de Letras

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