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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

La mujer y el Hogar


Leyendo un trabajo excelente de investigación sobre las causas de la delicuencia en chile, me detengo en las conclusiones que el autor hace sobre la importancia que tiene la familia como núcleo unificador y ejemplarizante para sus integrantes.

En esas conclusiones tocan el factor, que para mi es la medula de la hecatombe social y deterioro progresivo del núcleo familiar:la mujer y su papel como madre. ¿Porque considero muy importante la mujer como madre? Considero que la mujer desde su incorporación al mercado laboral ha destruido el vinculo formativo y de vigilancia que había tenido por muchos años.

¿Habrán estadísticas que reflejen esta aberración? ¿Se podrá algún día saber cuantos delicuentes salen de familias de bajos recursos y clase media baja, donde la mujer ha descuidado su rol ?

Ya se, muchos lectores dirán que la mujer ha tenido que salir al mercado laboral por falta de un hombre que lleve la comida y el sustento al hogar, razón tienen. Muchas ramificaciones tiene un árbol, aún así sigue siendo un árbol.

Señores lectores existe un problema y el que no quiera ver la causa principal de ese problema, por mas nada que defender la igualdad de géneros, no aporta nada a la solución. El estado no puede reemplazar ese rol de madre, ni el padre tampoco. Creo que una sociedad más ética es aquella donde la mujer cuida con esmero a sus hijos, los vigila y conoce sus amigos. Vela por el progreso de sus hijos en la escuela, esta atenta a los problemas de ellos, a sus inquietudes y a sus sueños.

Una madre que trabaje todo el día no aporta nada como madre. Solo es alguien que alimenta y da vestido a un pequeño ser humano.


Autor: Escritor de Letras

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