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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Los escáneres cerebrales capturan también productos químicos


Una sustancia química producida durante las relaciones sexuales y relacionada con la adicción se ha visualizado en un escáner cuando atraviesa el cerebro de ratas de laboratorio. La hazaña significa que la resonancia magnética funcional (fMRI), un caballo de batalla de la neurociencia, ahora puede ser utilizada para observar el flujo de sustancias químicas del cerebro, no sólo de sangre rica en oxígeno.

Al identificar con precisión los aumentos de oxigenación de la sangre en el cerebro en respuesta a diferentes eventos - una señal de que grupos específicos de neuronas se activa - el fMRI es responsable de algunos de los mejores descubrimientos sobre el cerebro. Ahora, Alan Jasanoff en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y sus colegas han extendido su poder.

Su equipo ha mutado varias veces una enzima magnetica, que contiene hierro, y que "se ilumina" cuando se hacen las lecturas con el fMRI. Con cada mutación, los investigadores probaron su tendencia a unirse a la dopamina, un químico de aprendizaje y de recompensa del cerebro que participan en el sexo y en las conductas adictivas. Las mutaciones que incrementaron esta tendencia fueron combinadas, resultando en una molécula que es a la vez magnética y fuertemente atraída por la dopamina.

El equipo inyectó la molécula en el cerebro de las ratas, en una región cargada de células productoras de dopamina. Cuando se administró un producto químico que desencadena la liberación de dopamina, la zona se "ilumino" ante la acción del fMRI.


Mentes de los animales

Debido a que la molécula debe ser inyectada en el cerebro, este tipo de productos químicos basados en el fMRI no se aplicará a los seres humanos en el corto plazo, dice Jasanoff, pero podría ser utilizada para explorar la adicción y la enfermedad en animales.

Su laboratorio está utilizando la enzima para ver cómo las neuronas de la dopamina en el cerebro de los animales sensibles a reaccionar cuando la sustancia química se produce en una región específica. La técnica también podría ser utilizada para explorar el papel de la dopamina en enfermedades como la de Huntington.

La enzima magnética en teoría se puede "evolucionar" para unirse a las sustancias químicas del cerebro.

Fuente:Diario Oficial de Nature Biotechnology

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