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El regalo de los Reyes Magos

U n dólar con ochenta y siete centavos. Eso fue todo. Y siete centavos eran en centavos. Centavos ahorrados uno a uno, derribando al tendero, al verdulero y al carnicero hasta que las mejillas ardían con la silenciosa calma que implicaba un trato tan cercano. Della lo contó tres veces. Un dólar con ochenta y siete centavos. El siguiente día sería Navidad. C laramente, no había nada que hacer más que dejarse caer en el pequeño sofá destartalado y gritar. Así que Della lo hizo. Lo que suscita la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, predominando los lloriqueos. Mientras que la dueña del hogar va pasando gradualmente de la primera etapa emocional  a la segunda, echa un vistazo a su casa. Un piso amueblado a $8 por semana. No excedía exactamente la descripción, pero ciertamente tenía esa palabra al acecho: precaria mendicidad. En el vestíbulo de abajo había un buzón en el que no entraría ninguna carta y un botón eléctrico del que ningún dedo mortal p

Celulares......una herramienta más para la muerte


Realizando un meta-análisis (análisis de fuentes secundarias de la literatura) sobre los posibles daños para la salud derivados del uso de los teléfonos celulares, nos encontramos con un único hecho consistente: "La utilización de teléfonos móviles durante la conducción de vehículos, aumenta la frecuencia de accidentes de tránsito al actuar como un distractor para los conductores".

Este hecho ha sido comprobado en varios estudios en los que se ha empleado control de casuística y técnicas de regresión logística. Los estudios indican que el uso de un teléfono celular en el tráfico afecta de forma diferente a conductores de vehículos livianos en las ciudades, que a per-sonas de manejan en carreteras de alta velocidad o conductores de camiones pesados o vehícu-los de trabajo.

Se demuestra que las personas que poseen un teléfono celular y conducen, lo utilizan en promedio 50 minutos por mes y que esto tiene un efecto global de incremento de la frecuencia de accidentes de tránsito, con referencia a personas que conducen en forma similar pero no emplean el teléfono celular, de 5 veces. O sea que los que hablan por el celular cuando conducen se accidentan cinco veces más frecuentemente que los que no lo hacen.

Se analizó el uso del sistema "manos libres" y se encontró que, aunque en menor grado, también este aparato incrementa la frecuencia de accidentes. También las encuestas se dirigieron hacia el hecho de realizar llamadas o solamente contestarlas y en ambos casos la posibilidad de un accidente de tránsito fue mayor.

En un estudio realizado en Inglaterra se demuestra que el momento más peligroso para la asociación entre la llamada telefónica y el accidente es cuando ésta se inicia, bien sea que el conductor llame o sea llamado.
También estudiaron la posibilidad de que un teléfono celular en el carro, en manos de otra persona diferente del conductor, afectara la capacidad de concentración y se encontró, aunque las muestras son pequeñas y las conclusiones no muy confiables, que esta circunstancia incrementa las posibilidades de accidente, aunque menos que cuando el chofer es el que utiliza el aparato.

La función testicular de las ratas fue estudiada en otro análisis en relación con las radiaciones de micro ondas que producen los teléfonos celulares y se encontró que no había relación entre el conteo de esperma y la exposición a los celulares. Tampoco se observaron cambios en las células testiculares, con excepción de una pequeña disminución de las que producen los espermatozoides, la cual no fue significativa estadísticamente. El único hallazgo consistente fue un incremento en la temperatura rectal de las ratas "telefonistas" con respecto a las testigo.

En cuanto a la actividad cerebral en seres humanos que hablan frecuentemente por celular, encontramos varios estudios hechos en Escandinavia que fueron probados con diferentes modelos y marcas de celulares, arrojando cambios en las ondas delta del electro encefalograma en el caso de uno de los teléfonos celulares más antiguos. Con los más modernos no se logró demostrar cambio alguno y no hubo consecuencias demostrables en la función cerebral o en la capacidad cognoscitiva de los voluntarios que se sometieron a los análisis.
En el Japón se analizó la posibilidad de cáncer de hígado o la generación de sustancias cancerígenas por la exposición a campos magnéticos de 1,439 Giga-Hertz como los que producen los teléfonos celulares y no se logró demostrar que hubiese relación entre ambos fenómenos.

Tal parece que seguirá siendo inocuo para la salud utilizar los teléfonos celulares y móviles de los automóviles, con la excepción de que podemos tener un accidente de tránsito mucho más frecuente y que esa frecuencia aumenta en personas de mayor edad, ya que las distracciones fueron 3 veces más frecuentes y serias en choferes de más de 50 años.

Si, en términos generales, se produce un accidente grave en 46 de cada 100 mil conductores en 365 días de conducción consecutiva, tendríamos que, en las personas que manejan con el celular en uso, esa frecuencia aumentaría a 1 accidente serio por cada 100 mil conductores cada 18 días de conducción conse-cutiva. En una población promedio mundial de un millón de conductores, eso significa que pasaríamos de 450 muertos anuales a más de 2,300, si todos los chóferes hablasen por el celular al menos 50 minutos mensuales durante la conducción de su vehículo.

Autor:Dr. Manuel Piza / www.geosalud.com

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