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El regalo de los Reyes Magos

U n dólar con ochenta y siete centavos. Eso fue todo. Y siete centavos eran en centavos. Centavos ahorrados uno a uno, derribando al tendero, al verdulero y al carnicero hasta que las mejillas ardían con la silenciosa calma que implicaba un trato tan cercano. Della lo contó tres veces. Un dólar con ochenta y siete centavos. El siguiente día sería Navidad. C laramente, no había nada que hacer más que dejarse caer en el pequeño sofá destartalado y gritar. Así que Della lo hizo. Lo que suscita la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, predominando los lloriqueos. Mientras que la dueña del hogar va pasando gradualmente de la primera etapa emocional  a la segunda, echa un vistazo a su casa. Un piso amueblado a $8 por semana. No excedía exactamente la descripción, pero ciertamente tenía esa palabra al acecho: precaria mendicidad. En el vestíbulo de abajo había un buzón en el que no entraría ninguna carta y un botón eléctrico del que ningún dedo mortal p

LA MUERTE: cuando una persona especial se va


Que difícil es ver a una persona especial sin vida. Parece a veces un sueño, una pesadilla algo sin sentido.

Recordar miles de imagenes y la compañía de ese cuerpo que yace quieto y frió, hace que el corazón y el alma de uno estallen en llanto y tristeza sin medida. Pero una vez que despidamos a nuestro amigo especial, es bueno reflexionar sobre algo que nos motive a que la felicidad y la esperanza regresen con mayor fuerza e ímpetu en nuestros corazones.

Y algo que pueden hacer mis queridos lectores es recordar a esa persona especial cuando compartimos esos momentos felices con el o ella. Recordar lo feliz que fue. Las cualidades sobresalientes que manifestó en toda su vida. Así de simple. Olvidar todo lo triste. Solo los momentos felices cuentan. Imaginar la felicidad que llenaba a esa persona especial cuando aun vivía, nos hace ver que la muerte no se pude llevar todo. Nos quedan los recuerdos de lo que representa la vida.

Tener presente a Dios como guia y la felicidad de esos instantes inolvidables, hacen que la muerte sea una prueba llevadera y soportable. Pues, los momentos felices de nuestras vidas son lo mejor de toda la existencia, con ellos la vida grita su presencia en este universo.

Autor: ESCRITOR DE LETRAS

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