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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor ...

El terror como un despertar

 El ser humano siempre ha querido buscar lo oculto y lo que no se cuadre con lo establecido por la ciencia y la sociedad. Todo aquello que desafié leyes físicas y principios inviolables es visto con valor suficiente como para brindarle nuestro valioso tiempo existencial. 

Cuando en nuestra inmadura  juventud comenzamos viendo esas escenas dantescas de sangre, gritos y monstruos perversos que hacían todo tipo de daño a personas buenas y bellas nos fuimos dando cuenta que cuando se veía otra película similar con iguales detalles ya no era lo mismo el sentir del alma ante las escenas bien preparadas de ese terror que querían impactar a un cinéfilo cuya piel ya estaba marcada con muchas señales de experiencias anteriores. 

 Así que por el camino de la búsqueda del terror más sofisticado, más mental, sublime sin exagerar. Nos encontramos con lo que he llamado “terror multisentido”. El aquel terror que no nos impacta mucho con escenas de sangre y desmembramientos de carne salpicando por todos lados. No, bien alejado de aquello que nos revolvía el estomago, con cierto agrado. Más bien es un terror construido poco a poco. Donde cada dosis de terror se aplica con sutileza y fuerza a la vez. Aquí es donde nuestros sentidos visuales y auditivos son atacados magistralmente. Junto a todo esto también hay un impacto en nuestra mente(sentido oculto). En este último caso cada quien genera una respuesta de acuerdo a su transitar de su propia vida. Cuando llegamos a este nivel de terror podemos decir que lo disfrutaremos al máximo.

El terror debe ser transmitido siempre por un actor que tenga el talento para generar una respuesta en el espectador de rechazo y miedo. Puede ser guapo o bella. Feo o fea. Eso no importa. Si logra que el corazón del espectador se ponga pequeño y casi se pare ante las escenas fuertes se puede decir que se ha logrado un buen trabajo.

Sin embargo mantener a la audiencia en constante delirio de miedo y angustia no debe ser un fin por si mismo. Un largo periodo de mucho miedo en el espectador puede causar cansancio ante nuevas escenas. Así que lo correcto es aliviar la trama con escenas un poco menos fuertes(sin bajar la guardia) para que el delicado corazón del espectador aguante los episodios más truculentos de la película.

El genero del terror permite al alma ser más democrática. Poder ver lo inimaginable de la realidad cotidiana en una película donde se muestra que una mesa no necesita conocer la ley de gravedad para salir volando hacia cualquier parte. Que un alma en pena, anda vagando entre los vivos amargando aún más su existencia sin saber que su existencia es negada por las sagradas escrituras es como contemplar un agujero negro comiéndose el mismo universo. En pocas palabras el genero de terror hace que la vida tenga más condimento. Más emoción(para los que realmente aman a este genero) y quizás,  quien sabe una película bien escrita de mucho terror cambie nuestras vidas. Pero no para hacer la vida miserable de otros. Sino para hacer que la armonía del universo llegue a todos. Y que el amor verdadero se puede dar sin mucho esfuerzo. Dios bendiga a los creadores de este genero. Que viva las películas de terror por siempre carajo¡.

 

El escritor de Letras.

 

 

 

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