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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor ...

Cuidado con la expresión: !Ya he vivido lo suficiente¡

A veces los seres humanos cuando están felices y realizados no piden más de la vida. Más bien aceptan que su destino sea pronto o más tarde. Son aquellos humanos que ya no quieren tener ilusiones sobre el futuro, no tienen interes en generar cambios por lo que vivir ya no tiene sentido. Pues bien, esta conducta trae consecuencias directas sobre la vida.

 
El cuerpo humano es una maravilla de la creación y hay cosas que los grandes sabios de este mundo ignoran. El cuerpo humano sabe cuando activar los mecanismos de destrucción que acabarán de manera definitiva con la vida. Basta un pensamiento de aprobación con convicción absoluta para que el mecanismo "mágico" se active y destruya utilizando para ello cualquier debilidad que el cuerpo presente en ese instante. Así podemos ver que personas aparentemente sanas mueran de repente por un ACV(accidente cerebrovascular), un ataque cardíaco, una gripa estacional. Fallas hepáticas o un paro respiratorio. Así de simple es ese mecanismo que nos manda al otro mundo con nuestra aprobación.

Muchas personas sin darse cuenta activan esta sentencia de muerte sin saberlo. Después de todo si una persona ya ha disfrutado de este mundo y fue inmensamente feliz que puede desear más?. Seguir viviendo?

La vida siempre es valiosa. Y si tenemos suerte y llegamos a cierta edad con todas nuestras capacidades activas y funcionales vale la pena aún (opinión personal) seguir viviendo y hacer felices a los que están alrededor nuestro. La vida siempre es maravllosa y nunca debe repudiarse. Siempre hay motivos para vivir un poco más, siempre los hay.

Así que amigos mios cuidado con desear la muerte antes de tiempo.



Escritor de Letras

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