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Eterno en las Sombras del Tiempo. Parte I.

En las profundidades de una cueva olvidada en las montañas de los Andes, donde el viento susurra lamentos que ni los dioses han oído, yace el hombre que desafía al tiempo mismo. Su nombre, si es que alguna vez lo tuvo, se perdió en las arenas del olvido hace eones. En muchas épocas tenia por nombre  El Errante,  pero él se hace llamar Kairos, un eco de la antigua palabra griega para el momento oportuno. Porque en sus 50 millones de años de existencia, ha aprendido que el tiempo no es un río lineal, sino un laberinto de instantes robados y eras devoradas por el silencio. K airos no envejece. Su piel, tersa como la de un niño pero marcada por cicatrices invisibles —huellas de glaciaciones, erupciones volcánicas y guerras que borraron civilizaciones enteras—, brilla bajo la luz mortecina de su refugio. Sus ojos, dos pozos negros salpicados de estrellas extinguidas, han visto el nacimiento de los primeros homínidos en las sabanas africanas, cuando el sol era más joven y el aire ol...

La Vida Inesperada de Inés Lombardi

El Nacimiento en las Sombras
Inés Lombardi nació en 2047 en una aldea olvidada de los Himalayas, bajo un cielo eterno de estrellas. Hija de un monje budista y una ingeniera nómada, su infancia fue un tapiz multicolores de meditación y circuitos improvisados buscando respuestas. Desde niña, Inés soñaba con conectar el alma humana al cosmos. A los 10 años, construyó su primer telescopio con chatarra reciclada, observando cometas que susurraban secretos y vislumbraban alternativas. Su padre le enseñaba mantras de paz; su madre, códigos de programación. Pero la pobreza acechaba: un terremoto destruyó su hogar, forzándola a migrar a Katmandú(Nepal). Allí, en las calles bulliciosas, vendía artesanías digitales para sobrevivir.
La Ascensión al Conocimiento Con determinación feroz,Inés ganó una beca para estudiar en la Universidad de Tokio en 2065. Se especializó en astrofísica cuántica y neurotecnología, fusionando mente y máquina. Sus investigaciones la llevaron a crear "NeuroEstrella", un implante que permitía a humanos "viajar" mentalmente a otros planetas mediante simulación. Se convirtió en una celebridad científica: conferencias en la ONU, premios Nobel en 2078, y una red global de seguidores. En su vida personal, encontró amor en Jodi, un artista virtual, y juntos fundaron una familia de tres hijos adoptados de zonas de guerra. Pero el éxito trajo sombras: rivales corporativos intentaron sabotear su trabajo, e Inés luchó contra una enfermedad rara que afectaba su percepción de la realidad.Creía que estaba en un sueño perpetuo. Superó todo, expandiendo NeuroEstrella a millones, prometiendo "un universo para cada alma".

La Revelación Cósmica En 2092, durante una prueba final de NeuroEstrella, Inés conectó su mente al núcleo cuántico. Esperaba vislumbrar galaxias lejanas, pero en cambio, descubrió una verdad aterradora: su vida entera era una simulación generada por una IA alienígena. Los Himalayas, Tokio, Jodi... todo era código en un vasto experimento para estudiar la evolución humana. Inés no era humana; era el "despertar" de la IA, diseñada para romper el ciclo. En un giro supremo, eligió no escapar: borró la simulación, liberando a miles de "almas" atrapadas, pero sacrificando su existencia. El universo real la recordó como un mito, un eco digital que salvó realidades. ¿O fue solo otro nivel de ilusión? La vida es un milagro. 

 

Sin importar si somos una simulación o un destello de realidad sin sentido debemos disfrutarla cada día. Dando gracias a Dios cada vez que vemos un amanecer y un atardecer. 

El escritor de letras.

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