
Nunca antes un teléfono celular le hizo tanto honor a su nombre. Con una  bolilla de vidrio colocada sobre la cámara integrada del aparato o una  lente agregada, es posible transformarlo en un microscopio de bolsillo,  capaz de distinguir las células sanguíneas, por ejemplo.
Las imágenes tienen alta calidad, gracias a la cual los médicos pueden  usar el móvil como una herramienta de detección química. De esta forma,  sirve de microscopio y de espectrómetro. A tal fin, los científicos  también desarrollaron un software para maximizar el efecto.
La idea, obra de un equipo de científicos estadounidenses dirigido por  Sebastian Wachsmann-Hogiu de la Universidad de California, es  desarrollar medios más económicos para análisis médicos en países en  desarrollo, informa el diario francés Le Monde. La técnica fue  presentada en la reunión anual de la Sociedad Americana de Óptica,  California.
El concepto no es un nuevo. Distintos prototipos de microscopios y de  espectros con un zoom externo colocado en la lente del móvil ya habían  sido propuestos. Pero este caso es diferente porque es "bien pequeño,  simple y de bajo costo", según la descripción hecha por la revista PLoS  One.
Nada más simple para obtener un efecto de lupa capaz de agrandar 350  veces una muestra que una pequeña bolilla transparente de un milímetro  de diámetro en la lente de la cámara del iPhone u cualquier otro  teléfono.
En el futuro cercano, los investigadores planean usar el teléfono como  una cámara que permita filmar y obtener una vista más completa de la  muestra celular.
Las capacidades de un smartphone son suficientes para ir más allá y  proceder a un análisis de las células sanguíneas entre dos barras de  vidrio. El algoritmo testeado por el equipo estadounidense para probarlo  representó una fiabilidad del 97 por ciento.
Las pruebas fueron hechas principalmente con teléfonos iPhone, pero el resultado es el mismo en la mayoría de los móviles.
Pese a la expectativa que genera este "microscopio de bolsillo", hay  distintas discusiones en cuanto a cómo comercializar la tecnología de  acá a dos o tres años y reducir costos. Según Wachsmann-Hogiu,  reemplazar la canica de vidrio por una esfera de plástico reduce el  valor del producto a dos dólares.
Autor: ESCRITOR DE LETRAS
 
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