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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Cristales: sonidos celestiales


Que puede ser común entre un pararrayos, una mecedora, una armónica de cristal y lentes bifocales? La respuesta a esta pregunta se puede encontrar en el billete de cien dólares.



Sí, estamos hablando de Benjamin Franklin. Fue él, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos y es el inventor de toda la lista antes mencionada.


Sin embargo, uno de estos inventos destaca de manera singular. "De todos mis inventos, la armónica de cristal me ha traído el mayor placer," - dijo Franklin.

Esta corta historia de la armónica es como sigue. En 1757 en Londres como representante de las colonias americanas llegó Benjamin Franklin. Durante este periodo en Europa en señal de triunfo se hacen presentaciones del famoso compositor austríaco Christoph Gluck y músico. Este músico cautiva al público virtuoso por el instrumento poco usual con el que deleita los oídos del publico. Gluck da muchos conciertos en Londres. Tal vez es por ellos que Franklin escuchó por primera vez la música de Gluk sacada de copas de cristal lo cual lo sorprendió en gran medida.

De cualquier manera, Franklin se propuso mejorar el arpa de cristal, y hacer un instrumento más accesible
de ejecutar a cualquier pianista.


Franklin utiliza tazas hemisféricas insertadas en un eje de metal. El borde inferior de la copa se sumerge en una cubeta con líquido y la rotación del eje es accionado por el pedal que es constantemente humedecido. Las tazas se ubican de forma correspondiente a las del teclado de un piano (sólo en el armónicas con 37 "claves"). El instrumento resultante, llamado armónica de cristal de Franklin la cual patentó.


La invención de Franklin origina unos cuantos conciertos que causan un auge inusitado en la armónica de cristal en Europa. Compositores famosos como Beethoven, Richard Strauss, Berlioz y otros - crean piezas especiales para "hacer sonar el cristal." Una de las mejores obras de este tipo es: "Adagio y Rondo para armónica de cristal y Cuarteto" de Mozart, que escribió específicamente para e músico ciego Marianne Kirhgesner. Anton Rubinstein utiliza una armónica de cristal en la opera "demonios" y Mikhail Glinka - ".. Ruslan y Ludmila".


Pero el invento es un instrumento que cayó en desuso tan rápido como empezó. A mediados del siglo XIX los conciertos en las salas de baile se trasladan a las salas de ópera. Sin armónicos adecuados para su amplificación los sonidos son débiles y poco audibles - y el instrumento único comenzó a perder popularidad.


A principios del siglo XX el arte de hacer musica con la armónica de cristal se perdió completamente. Una serie de de estos instrumentos de los siglos XIX y XVIII se han conservado, pero la mayoría se encuentran en museos.




Autor: ESCRITOR DE LETRAS

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