Estoy muerto: ¿Y ahora que?

Una de las principales preguntas para todos sigue siendo la cuestión de lo que nos espera después de la muerte. Durante milenios, se han realizado intentos fallidos para resolver este misterio. Además de la especulación, existe evidencia real de que la muerte no es el final del camino humano.

Hay muchas historias sobre cómo la gente regresó de la otra vida cuando estaban muriendo. Cómo lidiar con tales casos es una cuestión de fe. Sin embargo, incluso los escépticos más empedernidos a menudo cambiaron su modo de pensar y parte de sus vidas ante situaciones que no pueden explicarse utilizando la lógica.

La religión y la muerte

La abrumadora mayoría de las religiones en el mundo tienen enseñanzas sobre lo que nos espera después de la muerte. Lo más común es la enseñanza sobre el cielo y el infierno. A veces se complementa con un enlace intermedio: "caminar" por el mundo de los vivos después de la muerte. Algunas personas creen que tal destino espera a los suicidas y aquellos que no han terminado algo importante en esta Tierra.

Un concepto similar se ve en muchas religiones. A pesar de la diferencia, una cosa los une: todo está relacionado con lo bueno y lo malo, y el estado póstumo de una persona depende de cómo se haya comportado durante su vida. No se puede descartar la descripción religiosa del más allá. La vida después de la muerte existe; hechos inexplicables lo confirman.

Incidentes interesantes en la historia

Un día, algo sorprendente le sucedió a un sacerdote que era el rector de la Iglesia Bautista en los Estados Unidos de América. El hombre conducía a casa desde una reunión sobre la construcción de una nueva iglesia, pero un camión choco violentamente con su coche. El accidente no pudo ser evitado. La colisión fue tan fuerte que el hombre cayó en coma por un tiempo.

Una ambulancia llegó en breve, pero ya era demasiado tarde. El corazón del hombre no latía. Los médicos confirmaron el paro cardíaco con un segundo control. No tenían dudas de que el hombre estaba muerto. Aproximadamente al mismo tiempo, la policía llegó a la escena del accidente. Entre los oficiales había un cristiano que vio una cruz en el bolsillo del sacerdote. Inmediatamente llamó la atención sobre su ropa y se dio cuenta de quién estaba frente a él. No podía enviar al siervo de Dios en su último viaje sin oración. Él pronunció una oración cuando se subió al automóvil, que estaba hecho chatarra por le fuerte impactos y tomó la mano de aquel  hombre cuyo corazón se había detenido. Mientras leía las líneas, escuchó un gemido apenas audible, que lo sorprendió. Volvió a comprobar su pulso y se dio cuenta de que podía sentir claramente la pulsación de la sangre. Más tarde, cuando el hombre se recuperó milagrosamente y comenzó a vivir la misma vida, esta historia se hizo popular. Quizás el hombre realmente regresó de la otra vida para completar cosas importantes a instancias de Dios. De una forma u otra, no podían dar una explicación científica de esto, porque el corazón no puede comenzar a latir por sí solo.

El mismo sacerdote ha dicho repetidamente en sus entrevistas que solo vio una luz blanca y nada más. Podía aprovechar la situación y decir que el Señor mismo le habló o vio ángeles, pero no lo hizo. Un par de reporteros afirmaron que cuando se le preguntó qué si vio alguien especial en este estado de coma, sonrió con moderación y sus ojos se llenaron de lágrimas. Quizás él realmente vio algo secreto, pero no quiso hacerlo público.

Cuando las personas están en un coma leve, su cerebro no tiene tiempo de morir durante este tiempo. Es por eso que vale la pena prestar atención a las numerosas historias en las que las personas, entre la vida y la muerte, vieron una luz tan brillante que incluso con los ojos cerrados se filtra como si los párpados fueran transparentes. El cien por ciento de las personas volvieron a la vida y dijeron que la luz comenzó a alejarse de ellos. La religión interpreta esto de manera muy simple: su momento aún no ha llegado. Los sabios se acercaron a una luz similar al acercarse a la cueva donde nació Jesucristo. Este es el resplandor del paraíso, la vida futura. Nadie vio a los ángeles, Dios, pero sintió el toque de los poderes superiores.

Los sueños son otra cosa. Los científicos han demostrado que podemos soñar todo lo que nuestro cerebro pueda imaginar. En una palabra, los sueños no están limitados por nada. Sucede que la gente ve a sus parientes muertos en sueños. Si después de la muerte no han pasado 40 días, esto significa que la persona realmente te habló desde el más allá. Desafortunadamente, los sueños no pueden analizarse objetivamente desde dos puntos de vista: desde el científico y el religioso-esotérico, porque se trata de sensaciones. Puede soñar con el Señor, los ángeles, el cielo, el infierno, los fantasmas y lo que sea, pero no siempre siente que la reunión fue real. Sucede que en los sueños recordamos a los abuelos o padres fallecidos, pero solo ocasionalmente un espíritu real llega a alguien en un sueño. Todos entendemos que no será realista probar nuestros sentimientos, por lo que nadie difunde sus impresiones más allá del círculo familiar. Aquellos que creen en el más allá, e incluso aquellos que dudan, se despiertan después de tales sueños con una visión completamente diferente del mundo. Los espíritus pueden predecir el futuro, que fue más de una vez en la historia. Pueden mostrar descontento, alegría, simpatía.

Hay una historia bastante famosa que sucedió en Escocia a principios de los años 70 del siglo XX con un constructor ordinario. Se estaba construyendo un edificio residencial en Edimburgo. Norman McTagert, que tenía 32 años, trabajaba en el sitio de construcción. Cayó desde una altura bastante grande, perdió el conocimiento y cayó en coma por un día. No mucho antes de eso, soñó con una caída. Después de despertarse, dijo que se había visto en coma. Según el hombre, fue un largo viaje, porque quería despertarse, pero no pudo. Primero, vio esa luz brillante y cegadora, y luego conoció a su madre, quien dijo que ella siempre quiso ser abuela. Lo más interesante es que tan pronto como recuperó la conciencia, su esposa le contó las noticias más agradables posibles: Norman se convertiría en padre. La mujer se enteró del embarazo el día de la tragedia. El hombre tenía serios problemas de salud, pero no solo sobrevivió, sino que también continuó trabajando y alimentando a su familia.

A fines de la década de 1990, sucedió algo muy inusual en Canadá. Un médico de guardia en un hospital de Vancouver que atendía llamadas y revisaba documentos,  vio a un niño pequeño con ropa de dormir blanca que gritó desde el otro extremo de la oficina de admisiones: "Dile a mi madre que no se preocupe por mí". El medico tenía miedo de que uno de los pacientes hubiera salido de la habitación, pero luego vio cómo el niño entraba por las puertas cerradas del hospital. La casa del medico estaba a un par de minutos del hospital, corrió y llego rápido. El doctor estaba alarmado por el hecho de que era las tres de la madrugada. El decidió que, a toda costa, debía ponerse al día con el niño, porque incluso si no era su paciente, tenía que denunciarlo a la policía. El corrió tras el niño por un par de minutos, hasta que el niño llego a una casa. El niño comenzó a tocar el timbre y se desvaneció,  después de lo cual una mujer abrió la puerta. La mujer dijo que era imposible que su hijo saliera de la casa porque estaba muy enfermo. Ella se echó a llorar y fue a la habitación donde estaba acostado el bebé en su cuna. Resultó que el niño murió. La historia recibió una gran resonancia en la ciudad.

En la brutal Segunda Guerra Mundial, un soldado francés  pasó casi dos horas disparando al enemigo durante una batalla en la ciudad. Junto a él había un hombre de unos 40 años, que lo cubrió desde el otro lado. Es imposible imaginar la sorpresa del soldado del ejército francés, cuando se volvió hacia el hombre que lo ayudaba para decirle algo|, pero se dio cuenta de que había desaparecido. Unos minutos más tarde, se escucharon gritos de aliados que se acercaban, apresurándose a ayudar. Él y varios otros soldados salieron corriendo a su encuentro, pero el misterioso compañero no estaba entre ellos. Lo buscó por su nombre y rango, pero nunca encontró el mismo luchador. Quizás fue su ángel guardián. Los médicos dicen que en situaciones tan estresantes, son posibles pequeñas alucinaciones, pero una conversación con un hombre durante una hora y media no se puede llamar espejismo ordinario.

Hay bastantes historias similares sobre la vida después de la muerte. Algunos de ellos son confirmados por testigos oculares, pero los que dudan todavía lo llaman falso e intentan encontrar una justificación científica para las acciones de las personas y sus visiones.

Los hechos reales sobre el más allá

Desde la antigüedad, se han conocido casos en que las personas vieron fantasmas. Primero fueron fotografiados y luego filmados. Algunas personas piensan que esto es un montaje, pero luego están personalmente convencidos de la veracidad de las imágenes. Numerosas historias no pueden considerarse prueba de la existencia de la vida después de la muerte, por lo que las personas necesitan evidencia y hechos científicos.

Consideremos dos evidencias:

Evidencia 1

Muchos han escuchado que después de la muerte una persona se vuelve más ligera, es decir con menos peso. Los científicos no pueden explicar este fenómeno de ninguna manera. Muchos creyentes tienden a creer que el peso que sienten es el peso de un alma humana. Se han llevado a cabo muchos experimentos, que terminaron con el mismo resultado: el cuerpo se volvió menos pesado. ¿Por qué es la pregunta principal? El escepticismo de las personas no puede ser destruido, por lo que muchos esperan encontrar una explicación, pero es poco probable que esto suceda. Los fantasmas pueden ser vistos por el ojo humano, por lo tanto, su "cuerpo" tiene masa. Obviamente, todo lo que tenga algunos contornos debe ser al menos parcialmente físico. Los fantasmas existen en dimensiones más grandes que nosotros. Hay 4 de ellos: altura, ancho, largo y tiempo. Los fantasmas no están sujetos al tiempo desde el punto de vista desde el que lo vemos.

Evidencia 2

La temperatura del aire alrededor de los fantasmas siempre es baja. Esto es típico, por cierto, no solo para las almas de los muertos, sino también para los llamados brownies. Todo esto es el resultado de la acción del más allá en la realidad. Cuando una persona muere, la temperatura a su alrededor desciende bruscamente, literalmente, por un instante. Esto indica que el alma está dejando el cuerpo. Durante los eventos paranormales, la temperatura también cambia, por lo que los científicos han demostrado que esto sucede no solo con la muerte inmediata, sino también después. El alma tiene un cierto radio de influencia a su alrededor. Muchas películas de terror usan este hecho para acercar la filmación a la realidad. Muchas personas confirman que cuando sintieron el movimiento de un fantasma o alguna entidad junto a ellos, tenían mucho frío.

Toda persona puede enfrentarse a algo inexplicable. Para evitar que esto le haga daño, los principales expertos en el estudio de la actividad paranormal aconsejan deshacerse de los miedos del mundo de los muertos y prestar más atención a la realidad, cambiando su destino con buenas acciones con pensamientos positivos.

Escritor de Letras