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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Niños y la internet: ! cuidado ¡


¿Es bueno dejar que los niños naveguen por Internet?


Son la generación de los videojuegos, las consolas, los ordenadores y el deuvedé. Los pequeños de la casa son auténticos expertos en el entorno digital, y se mueven como pez en el agua cuando se trata de hablar de tecnología. Por eso, es natural que a partir de una edad cada vez más temprana, comiencen a sentir curiosidad por Internet. El problema: el miedo de los padres a que los niños se adentren en el torrente de información. Internet es un universo de imágenes y conexiones a través de todo el planeta, que, además de ser una herramienta muy útil, puede suponer también un peligro para sus usuarios más pequeños. No saber qué ven o con quién pueden contactar es si duda el mayor temor de los padres a la hora de dejar a sus hijos usar Internet. Redes sociales, foros, chat... ¿Es bueno que los niños naveguen por Internet? Te damos algunos consejos.

Internet es una herramienta perfecta para acercar al pequeño a toneladas de información: los deberes del cole ya no se completan con enciclopedias, y las herramientas de búsqueda virtual se han convertido en la principal fuente de información de toda la familia. Además, los pequeños tienden a socializar de forma natural a través de Internet, por lo que para ellos es un herramienta más para estar en contacto con sus amigos y sentirse parte del grupo. No se lo niegues.

La primer regla para hacer un uso responsable de Internet es la educación. Del mismo modo que le enseñaste a mirar a los dos lados al cruzar la calle o a no poner la mano encima de la lumbre (hoy vitrocerámica), el pequeño ha de saber que 'no todo vale' cuando navegue por la red: conocer las consecuencias de colgar una foto o un comentario son algunas de las reglas básicas que deben saber para navegar con seguridad. En sus primeras 'incursiones' siéntate con él, y guíale explicándole qué es peligroso y qué no. Si estás muye perdida, el Ministerio de Industria dispone de un portal muy especial, que contiene herramientas gratuitas e información para enseñar a padres e hijos a moverse por la red.

Las medidas de control parental son imprescindibles si en casa conviven un ordenador y un niño: los sistemas de seguridad de los ordenadores permiten decidir hasta dónde puede llegar el alcance de los buscadores, restringir determinados contenidos que no sean adecuados para ellos o prohibir la entrada a sitios que puedan ser potencialmente peligrosos para los peques. Además, algunas empresas como Telefónica y su Canguro-net, disponen de paquetes de seguridad privados, que restringen el uso de los niños de Internet de manera mucho más específica, incluyendo los banner de publicidad o la descarga de archivos.

Coloca el ordenador en una habitación común y a la vista: si el pequeño dispone de red en su habitación, es mucho más probable que se conecte por la noche o cuando nosotros no lo podamos controlar. El salón o el cuarto de estar nos permite ver cuánto tiempo pasa en Internet y es una medida sencilla, que permite controlar sin tener que preguntarle e invadir su intimidad.

Proteger la identidad es fundamental a la hora de usar la red. Si tu hijo quiere inscribirse en una red social como twitter, o se conecta a un videojuego en línea que dispone de chat para jugar en red con sus amigos desde casa, enséñale a no dar más información de la necesaria: escoged juntos un nick apropiado, que no revele su verdadero nombre o edad, y aconséjale que no de más detalles de sí mismo como direcciones o el número del móvil.

Fomenta otras formas de ocio en su tiempo libre: intenta equilibrar el rato que pasen en Internet con otras actividades como leer o sencillamente salir a jugar con los amigos.

Fuente:www.hola.com

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