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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Venta de finca en la LUNA


Una empresa israelí comercializa parcelas de 500 metros cuadrados a unos 45 euros y facilita una escritura y una fotografía a color con la ubicación exacta del terreno Los compradores creen que rentabilizarán su inversión cuando la NASA construya una base habitada en el astro.

Los Reyes Magos habrán recibido en estas fechas un sinfín de peticiones. Muchas se repiten cada 365 días, sobre todo aquellas que suscriben los adultos (salud, dinero y amor). Pero otras, aquellas que exhalan los más pequeños de la casa, son toda una suerte de incógnitas que se adentran en lo más profundo de ese virtual planeta que presiden los monarcas 'variopinto', 'extravagante' y 'loquierotodo'. Que no son visigodos. «¿Quiero la luna!», hasta habrá sugerido algún diminuto infante. Hace años hubiera sido una utopía. Pero ahora, en pleno siglo XXI, ya es posible. Factible y, sobre todo, bastante más económico que un pedacito de pastizal junto a los cantiles de cualquier bajío cántabro.

El rotativo italiano 'El Corriere della Sera' publica su edición electrónica un artículo en el que, bajo el sugestivo título '¿Chiedi la Luna? Ora puoi', certifica bien a las claras que ya se puede comprar un trozo del astro menor al módico precio de 60 dólares -unos 45 euros al cambio- el 'medio dunam' o, lo que es lo mismo, cerca de 500 metros cuadrados. Unos tres 'carros' de terreno que, al menos en la Tierra, se corresponden con la parcela urbana media a la que Normas Subsidiarias y planes generales subordinan habitualmente la concesión de una licencia de obra.

Sea como fuere, y siempre según 'El Corriere della Sera', casi un millar de israelíes se han tomado muy en serio el proyecto de la NASA de construir una base permanente habitada en la Luna para el año 2020 y han comprado un trocito del satélite terrestre.

Según Daniel Yaron, administrador delegado de 'Crazyshop', compañía israelí que comercializa los lotes lunares, esa inusitada demanda obedece a dos motivos: el placer de regalar 'la luna', de un lado, y la revalorización que se intuye cuando el pequeño astro sea efectivamente una alternativa a una Tierra asfixiada literalmente por los gases de efecto invernadero.

Es cierto que todavía existen muchas dudas legales sobre este tipo de negocio pero, según el rotativo israelí 'Yedioth Ahronoth', vender terrenos en la Luna es posible gracias a que en los años 70 el americano Dennis Hope registró a su nombre el satélite y todos los planetas del sistema solar. Así, en el momento de la compra, los terratenientes siderales reciben incluso un certificado y un detallado mapa fotográfico del terreno que ha comprado. Ver para creer.

Fuente:www.eldiariomontanes.es(enero-2007)

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