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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Soy un fracasado: no puedo ser exitoso en nada.


El ser humano tiene la fortaleza de caer y levantarse todo lo que sea necesario. Con la voluntad puesta en un objetivo, que monopolice todas nuestras emociones, podemos lograr cualquier cosa. Pero hay algo necesario y suficiente para lograrlo. Como verán mas adelante mis queridos lectores, no es una inteligencia superior, ni tener dinero en grandes cantidades. Solo basta tener a alguien que impulse, lo que por inercia subliminal, estropea nuestro avance hacia adelante. Llamo a esto: apoyo necesario.

Un día le pregunte a un electricista, que hacia trabajos a destajo, porque no se formalizaba y montaba un taller de servicio. Los trabajos a "destajo", son tareas de reparación fortuitas. Sin programación alguna. Los pagos por estos trabajos son muy bajos. El hombre me responde y me dice: - "...  el día en que tenga una oficina con un escritorio "grandote" y una silla cómoda, con aire acondicionado y todas las comodidades iniciaría mi negocio, mientras no obtenga eso seguiré donde estoy". Solo atine a mirarlo por unos breves instantes. Pude ver la expresión en su cara donde la humildad no existía. Comprendí tiempo después porque hay personas que a pesar de tener talentos que los harían ponerse por encima del promedio, siguen con vidas apagadas y alejadas de la prosperidad en comparación con el éxito de la mayoría de personas trabajadoras y emprendedoras. 

Lo que si es cierto, y no se discute aquí, es la voluntad intrínseca de cada quien en hacer de su vida lo que le de la gana. Bajo este principio, hay muchas personas(muchísimas) que argumentan que como están ahora, están bien. No aspiran a otra cosa, que estar en paz viendo su partido favorito con una cerveza junto a sus amigos, sin que nadie los moleste es lo mejor. Tener una familia y sostenerla "como se pueda", a pesar de circunstancias adversas. Trabajando como "mulas", y realizando trabajos pesados que consumen su día y su vida. Bueno, a estas personas hay que decirles, buena suerte. Que Dios los proteja y les muestre caminos de superación.

Pero hay muchas personas "especiales", así las llamo. Es un grupo oculto y creo firmemente que son muchos(muchísimos) que saben que pueden dar más. Son seres inteligentes, con talentos que por el trajín de la vida(familia, trabajo excesivo, crianza de hijos, cuidado de su padres, etc.) no han podido surgir con su magnificencia. Están en espera de que algo pase( a veces consciente y en sus propios sueños), esperan y llegan a viejos sin poder "demostrar" a ellos mismos su capacidad oculta. Así de simple pasa y pasa todos los días en cualquier sociedad. Pero las soluciones a cosas difíciles o complejas son a veces tan "obvias" que son las ultimas en la lista.

 
El "apoyo necesario"

Todos hemos visto a una persona sobre un bote, remando con dificultad. De repente aparece otra persona que con un altavoz  que le grita "adelante...adelante tu lo puedes lograr" y como si fuera una inyección de energía de alguna parte, la persona con los remos multiplica su capacidad corporal y rema con mayor fuerza, impulsando con velocidad creciente su bote. Bien eso es lo que necesita, la persona especial. Una persona cercana con la fuerza de carácter necesaria para sacarnos de esa inercia infinita, que nos impide movernos hacia la grandeza. Y no crean mis queridos lectores que es una tarea  fácil. La inercia de la cual hablo, es la acumulada por años y años. En esa inercia hay de todo. Emociones encontradas, fracasos, miedo al fracaso, miedo al que dirán y hábitos indeseables con raíces muy profundas. 

Vencer la inercia no se consigue de la noche a la mañana. Lleva semanas y tal vez meses. Dependiendo de la fortaleza alentadora de ese "apoyo necesario". Lo ideal para la persona especial, que busca salir de su inercia es su pareja o cónyuge. Pero como el ejemplo del bote, no puede ser una persona callada, con voz delicada o gestos delicados. Debe ser alguien(mujer o hombre) que su grito y sus modales expresados con dirección, provoquen que la persona especial desee con vehemencia darle un golpe en la cara. Si esa emoción no se manifiesta no es un buen candidato para el "apoyo necesario". También es necesario dos cosas importantes para intentar cambiar: tener tiempo y buena salud. Si la persona especial carece de una o de otra, no hay nada que hacer. Sin salud no hay motivación al logro, seria muy difícil (no imposible), y sin tiempo es imposible articular un cambio positivo. Pues para hacer este tipo de salto(hacia el éxito) se requiere tiempo y dedicación.

Cuando se logra ese milagro de tener el "apoyo necesario" junto al tiempo y la buena salud, hay que tener mucha paciencia con la persona que nos ayuda. Aquí hay que estar claro en como nos va ayudar. El problema aquí es que,  si la persona problema controla algo de lo que puede hacer el "apoyo necesario" en su actuar, se perdería el poder transformador de esta persona. Así que lo mejor es que no se crucen palabras, y solo aceptar el trabajo juntos. Es como decidir que la batuta la lleva esa persona. Y no lo digo desde el punto de vista administrativo o de como debe comportarse la persona especial. Hablo del impulso de hacer las cosas cada día. Una persona especial, puede tener inteligencia o talentos buenos, pero su inercia hace que por ejemplo, tenga por habito despertar después de las diez de la mañana. El "apoyo necesario" en este caso, llega a las ocho de la mañana y lo conmina a levantarse y hacer el trabajo que le corresponda. Todo este actuar del "apoyo necesario" produce un cambio poco a poco que termina en que la persona especial, ya no necesita de los gritos ni los empujones emocionales del "apoyo necesario", pues ya tiene conciencia de sus objetivos y el camino correcto que debe transitar para lograr sus metas.  

Amigos lectores nada es fácil cuando se esta en el fondo de la inercia del fracaso. El ser humano es una criatura de hábitos. Y cuando ellos toman control de nuestras vidas, es difícil erradicarlos por uno mismo. Hay personas con personalidades y voluntades superiores que no necesitan ayuda de otros. Son capaces de auto transformase por ellas mismas,. Pero son muy pocos. La mayoría siempre espera ayuda.

Finalmente quiero expresar que todo se puede hacer en esta vida con salud y voluntad. No olvidando a Dios en todo esto. Muy importante. Tengamos a Dios cada día con una oración, en nuestro transitar por este mundo. Y de seguro todo saldrá bien.


Escritor de Letras.


































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