Adios...SIDA...adios...¡¡¡¡
Por Tan Ee Lyn y Martin Petty
HONG KONG/BANGKOK (Reuters) - Finalmente una vacuna experimental contra el sida parece ser la primera en proteger a algunas personas y el crédito por el éxito debe ser para Tailandia, donde se efectuó el ensayo, señalaron expertos.
La investigación fue criticada hace cinco años por 22 renombrados científicos estadounidenses que dudaron de que fuera a tener algún efecto. Washington fue acusado entonces de desperdiciar más de 100 millones de dolares en la financiación del proyecto.
Pero las autoridades de salud tailandesas y sus socios estadounidenses de los Institutos Nacionales de Salud y del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed continuaron con el ensayo sobre 16.000 voluntarios en uno de los países que lidera la batalla contra el VIH.
"Fue una decisión difícil. Estoy encantado de que la hayamos tomado", dijo el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, quien desafió las críticas y siguió adelante con la iniciativa.
La vacuna experimental fue desarrollada a partir de otros dos productos anteriormente fallidos: la vacuna para la viruela aviar de Sanofi-Pasteur ALVAC y AIDSVAX, creada por una empresa de San Francisco llamada VaxGen y hoy propiedad de la entidad benéfica Soluciones Globales para Enfermedades Infecciosas.
Donald Burke, decano de la Escuela de Graduados en Salud Pública de la University of Pittsburgh, dijo que el ensayo fue controvertido desde el comienzo y que había sido menospreciado por importantes científicos estadounidenses debido a fracasos previos en evaluaciones de vacunas.
"Pero debido a la importancia de la epidemia de sida, la decisión fue seguir sin importar esas críticas. Fue una opción difícil, pero corajuda", dijo Burke, quien dirigió la investigación sobre sida del Walter Reed antes de retirarse en 1997.
Burke aisló el virus del sida de un soldado tailandés joven infectado con VIH en 1989, después de que médicos del ejército de Tailandia descubrieron un brote del virus de inmunodeficiencia humana entre reclutas en Chiang Mai, al norte del país.
Esa muestra llegó a convertirse en uno de los virus que se colocaron en la vacuna experimental, señaló el experto.
"Los tailandeses hicieron un destacable trabajo en esto", dijo a periodistas el doctor Eric Schoomaker, inspector general de sanidad del Ejército estadounidense. "Hicieron un gran trabajo al reclutar voluntarios y conducir este ensayo impecablemente", añadió.
El estudio de 105 millones de dólares fue financiado por el Gobierno de Estados Unidos y los resultados mostraron que la vacuna reducía el riesgo de infección un 31,2 por ciento entre 16.402 voluntarios, evaluados durante tres años.
TRIUNFO TAILANDES
Esos resultados marcan un triunfo para Tailandia, un país de 67 millones de habitantes en el que un auge de la industria del sexo avivó los temores de una epidemia importante y donde las autoridades locales lucharon fuertemente contra la enfermedad, que amenazaba con salirse de control hace 20 años.
Los expertos habían previsto que 4 millones de personas estarían infectadas para el 2000 si no se hacía nada para desacelerar la expansión del VIH. Pero una campaña masiva de educación y prevención del sida llevada a cabo por el Gobierno a comienzos de la década de 1990 tuvo un gran efecto.
La prevalencia de VIH entre los usuarios de drogas inyectables en Tailandia era del 30 al 50 por ciento en 1991 y del 33,2 por ciento entre las mujeres y trabajadores sexuales en 1994, según ONUSIDA. La cantidad de infecciones se redujo a 20.000 casos anuales, desde los 140.000 de 1991.
Las carteleras y las ondas de radio se vieron inundadas con mensajes de sexo seguro, mientras los trabajadores sanitarios promovían el uso de preservativos. El director de la campaña fue el ministro de Salud Pública Meechai Viravaidya, quien recibió el apodo de Señor Condón.
Los controles de salud se hicieron gratuitos para los trabajadores sexuales. Los hombres fueron desalentados en la búsqueda de prostitutas y el empleo de preservativos en los burdeles de Bangkok trepó del 15 por ciento a comienzos de 1990 al 98 por ciento en el 2000.
Las tasas de infección cayeron y el ejercicio siguió siendo mencionado como un modelo de prevención de la enfermedad entre los expertos en salud, aunque las cifras mostraron ciertas señales de crecimiento en los últimos años en algunos grupos de riesgo, como los hombres gay y bisexuales.
Actualmente, alrededor de 610.000 personas viven con sida en Tailandia, según datos de ONUSIDA.
"Aún estamos fortaleciendo una plataforma muy fuerte", dijo Punnee Pitisuttithum, jefe de la unidad de investigación de VIH/sida de la Universidad Mahidol de Bangkok, quien ha estado involucrado en ensayos de la vacuna desde 1994.
"Antes de este ensayo tuvimos muchas desilusiones, pero con este resultado vemos cierta luz al final del túnel", señaló Pitisuttithum.
Fuente:lta.reuters.com
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