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El regalo de los Reyes Magos

U n dólar con ochenta y siete centavos. Eso fue todo. Y siete centavos eran en centavos. Centavos ahorrados uno a uno, derribando al tendero, al verdulero y al carnicero hasta que las mejillas ardían con la silenciosa calma que implicaba un trato tan cercano. Della lo contó tres veces. Un dólar con ochenta y siete centavos. El siguiente día sería Navidad. C laramente, no había nada que hacer más que dejarse caer en el pequeño sofá destartalado y gritar. Así que Della lo hizo. Lo que suscita la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, predominando los lloriqueos. Mientras que la dueña del hogar va pasando gradualmente de la primera etapa emocional  a la segunda, echa un vistazo a su casa. Un piso amueblado a $8 por semana. No excedía exactamente la descripción, pero ciertamente tenía esa palabra al acecho: precaria mendicidad. En el vestíbulo de abajo había un buzón en el que no entraría ninguna carta y un botón eléctrico del que ningún dedo mortal p

Sirvienta: ¿Que más puedo hacer?


Crisis lleva a mujeres profesionales a trabajar como sirvientas

Xiong Xuhua se graduó en idioma inglés y disfrutaba su trabajo en una oficina en la industria de exportaciones de China, pero ahora ella está desempleada y recibe entrenamiento como sirvienta, algo que le avergüenza tanto que no se la ha dicho a su esposo.

Luciendo un delantal azul floreado, Xiong se pasó un día reciente en una escuela para trabajadoras domésticas practicando cómo usar un enjugador para limpiar una ventana sin dejar marcas en el cristal.

"No le he dicho a nadie en mi familia, ni siquiera a mi esposo, que voy a hacer este tipo de trabajo", dice la diminuta mujer de 24 años con una voz quebrada mientras mira al suelo con un rostro inexpresivo.

La golpeada economía china ha descarrilado las carreras de miles de graduados universitarios que estudiaron computación, administración y otras especialidades en demanda durante el auge. Ahora, muchas mujeres profesionales tratan de conseguir empleos como niñeras y sirvientas, trabajos que nunca imaginaron que harían.

Es un cambio discordante para una elite educada en una sociedad en la que los estudiantes universitarios son llamados "Hijos Orgullosos del Cielo". Los padres advierten a sus hijas que van a terminar como niñeras y sirvientas si no estudian. Muchas realizan tareas domésticas por primera vez en sus vidas tras haber pasado infancias mimadas por sus niñeras.
La búsqueda de empleos empeorará este año, cuando unos 6 millones de graduados universitarios ingresen al mercado. Ellos competirán con 1,8 millones que finalizaron sus estudios el año pasado pero no han encontrado trabajo. Más de 23.000 graduados inundaron la primera feria de trabajo de Beijing luego del feriado de Año Nuevo Lunar este mes para cubrir solamente 4.000 posiciones.

China no tiene estadísticas de cuántas mujeres profesionales trabajan ahora como sirvientas o en otras tareas domésticas, pero la evidencia indica que los números crecen. Cong Shan, gerente general de Guangzhou Home EZ Services en Guangzhou, un centro comercial del sur de China, dijo que hasta el año pasado ella no había tenido a graduados universitarios solicitando empleos en su compañía, que entrena y coloca a empleadas domésticas, pero desde agosto, 90% de las entre 500 y 600 mujeres que han solicitado trabajo son graduadas universitarias.

En el popular sitio de búsqueda de empleos 51job.com se están viendo cada vez más graduados universitarios y trabajadores administrativos y de oficinas buscando empleos de menor nivel, dijo Feng Lijuan, principal asesora de carreras para la compañía. "La declinación de empleos es un hecho indiscutible. Muchas multinacionales dejaron de reclutar en las universidades en octubre", dice.
Mientras las mujeres profesionales están dedicándose al trabajo doméstico, las legiones de hombres graduados desempleados no tienen esa opción y se quedan desempleados o se conforman por empleos menos deseables, como en restaurantes o en tiendas. Cong dice que su agencia no ha recibido solicitudes de hombres.

Xiong, la ex oficinista, estaba tratando de mantenerse optimista mientras se entrenaba en la agencia de Cong, donde las mucamas practicaban en un modelo de apartamento de lujo, con dormitorio y baño. Xiong trató de limpiar la ventana tres veces con el enjugador, sin resultado. "Le dije a una ex compañera de escuela lo que estoy haciendo y ella me dijo que no debería considerarlo como un trabajo de sirvienta. Dijo que lo que estoy haciendo realmente es administrar una casa y educar a los niños", dijo Xiong, que se graduó de la Universidad Centro Sur de Tecnología en la ciudad de Changsha. El rostro de Xiong se ilumina cuando habla de su empleo previo en una compañía que producía piezas de metal para maquinarias, que le pagaba 3.000 yuanes mensuales (440 dólares), incluyendo vivienda y comida. Ella dice que se mantenía en contacto con clientes en todo el mundo con mensajes electrónicos en inglés. Sin embargo, la empresa fue vapuleada por la crisis global y Ciong fue despedida en enero, apenas unas semanas después de su boda. Al no poder encontrar otro empleo, respondió a un anuncio en la internet en busca de niñeras. "Aún me gusta el trabajo de oficina. Es todo lo que quiero hacer", dice. Li Li, de 25 años, tiene un título de administración de una universidad en la ciudad occidental de Chongqing, pero ahora limpia el apartamento y cuida los dos niños de una pareja alemana en Guangzhou. "Es muy difícil encontrar trabajo, gracias a la maldita crisis económica", dijo. Li gana ahora 2.700 yuanes (390 dólares) al mes. Eso es mucho más que los entre 1.200 y 1.500 yuanes (175-220 dólares) de salario promedio que tenían los recién graduados universitarios en el período 2007-2008, de acuerdo con un sondeo de 51job.com. Sin embargo, el potencial de paga más alta no ha elevado el bajo estatus del trabajo de las niñeras. "Sí, es difícil encontrar trabajo, pero ser una niñera es demasiado extremo", dice Sherry Zhu, estudiante de odontología en la Universidad Médica Capital en Beijing. "Es un desperdicio de años de estudios y conocimiento".
He Jing, de 25 años, lloró llena de frustración al narrar su desplome personal luego de ser gerente de una compañía de logística, graduada de ciencias cibernéticas, para trabajar ahora como sirvienta. La empresa para la que trabajaba en la ciudad de Chengdu quebró en diciembre. Luego de una búsqueda infructuosa de una posición comparable, He se trasladó a Beijing, dejando a su esposo y su bebé en Chengdu. Ahora cocina, limpia y alimenta a las mascotas de dos hermanos. Gana 2000 yuanes (290 dólares) al mes, más de lo que ganaba en Chengdu. "Si hubiera podido, no hubiera viajado hasta aquí para hacer esto", dice. "Pero tengo un bebé en casa al que tengo que alimentar".

Fuente:AP

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