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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

La Dama de hierro


La historia de la tortura registra muchos dispositivos que funcionaron bajo el principio del recipiente antropomorfo con dos puertas, equipado con púas en el interior que atravesaba a la víctima una vez cerradas las puertas. El ejemplo más conocido ha sido siempre la llamada "Doncella de Hierro de Nuremberg", destruida en los ataques aéreos de 1944.

Es difícil separar la leyenda de la realidad en relación con este artificio, porque la mayoría del material publicado se basa en la investigación del siglo XIX distorsionadas por romanticismo, la tradición y la fantasía popular. La primera referencia a una ejecución con la doncella que aún no ha salido a la luz proviene del 14 de agosto de 1515, aunque el instrumento había estado en uso durante varias décadas por esos años.

Ese día un falsificador de monedas fue puesto dentro, y las puertas cerradas lentamente, de modo que las púas, penetraron en varios lugares de los brazos, piernas, vientre, pecho, vejiga, ojos, hombros, y sus nalgas, pero aún así no era suficiente para matarlo. Así permaneció gritando y lamentandose por dos días, tras lo cual murió. Probablemente, las púas en aquel tiempo eran colocados en diferentes posiciones dentro del interior para causar dolor y cierta tortura lenta mas o menos letal de acuerdo a los requisitos de la sentencia.

Fuente:www.the-night.net

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