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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

El enigma de los “apagafarolas”




Un hombre camina, y a su paso, una farola se apaga; continúa su camino y la farola vuelve a encenderse. ¿Es este un fenómeno eléctrico explicable o un producto de energías desconocidas?

“Casi todas las noches, en cualquier lugar, se apaga una farola a mi paso. Es curioso. Alguna gente lo ve como algo negativo, sin embargo a mi me encanta que esa casualidad se haya fijado en mí. Es como un guiño que algo o alguien me hace antes de irme a casa, y me recuerda que la magia sigue ahí

Presenciar el apagado de farolas públicas al pasar por debajo es algo que mucha gente ha compartido y comparte. Producto de la casualidad o de un fenómeno electromagnético desconocido, muchos individuos comparten la “habilidad” de modificar el estado de equipos de iluminación, aparatos eléctricos y/o electrónicos. Tantos, que el prodigio adquirió, con los años, nombre propio: Street light interference (SLI) o, simplemente los “apagafarolas”.

Pero ¿es cierto que determinadas personas puedan tener un campo de influencia sobre equipos eléctricos? El encendido de ciertas luces al paso de un individuo (ni si quiera humano) es conocido como uno de los tantos sistemas de seguridad lumínica modernos. Muchas instalaciones poseen células fotovoltaicas o circuitos que detectan el movimiento externo como disparador del encendido de luces externas a fin de proveer un campo de visión sobre la persona parada en la acera y lo que esta hace. Esto provoca que, durante las noches, la luz se apague y encienda tantas veces como peatón pase por debajo de ésta.

Sin embargo, el fenómeno de los apagafarolas se aplica más que nada a sucesos relacionados con el alumbrado público, el cual carece de un sistema de apagado automático excepto, cuando la luz de la mañana llega a un nivel determinado.

Aunque la supuesta interferencia sobre aparatos lumínicos es el tópico que enlaza miles de testimonios, las circunstancias de cada caso pueden ser muy variables . Apagar una sola farola al acercase, una fila de farolas o, en determinados casos, poseer esta capacidad de forma aleatoria o sobre determinadas farolas. “A mi me sucede este fenómeno ya hace como tres años” comenta uno de los internautas. “Salgo a la calle, paso por algún lugar, y se apaga o se prende alguna farola; por lo regular me sucede con el alumbrado publico o cuando me les quedo viendo fijamente. En ocasiones les he comentado a algunos amigos y piensan que estoy loco o algo así, pero he tenido en ocasiones la oportunidad de demostrárselo a ciertas personas”.

El escepticismo relacionado a los fenómenos de SLI, se basa en un fenómeno conocido por los especialistas en equipos eléctricos, que ocurre cuando estos están llegando al final de su vida útil. Las lámparas de vapores sodio, que suelen dar una luz anaranjada, o las de mercurio, que la suelen dar azul, poseen sistemas de seguridad que regulan el límite de temperatura que los equipos pueden alcanzar. Como estos son los dos tipos de farolas más usadas en el alumbrado público, es frecuente encontrar que algunos equipos comiencen a fallar cuando la temperatura de los gases se escapa de valores normales. Un sistema de interrupción suministro eléctrico hace que estás farolas queden sin luz por unos minutos, hasta que su temperatura desciende y un nuevo impulso de alta tensión las hace encender. Este efecto sumado al paso de un individuo medianamente sugestionable crearía el efecto justo para hablar de fenómenos paranormales.

No obstante, el apagado intermitente de farolas viejas, no resuelve aún muchos de los casos que la gente suele experimentar cuando camina por la noche. “Tanto mi hija y yo tenemos la experiencia de apagar las farolas cuando estamos caminando”. Relata uno de los testimonios. “A veces es sólo una y, a veces, son tres o cuatro en una fila, justo como si se tratara de un apagado en secuencia”.

La explicación básica de los “creyentes” del fenómeno SLI es que determinadas personas poseen un nivel de energía que interactúa con farolas o equipos eléctricos de tal forma que se desencadenan sucesos como los descriptos. De todas formas, este hecho nunca fue comprobado científicamente; el fenómeno tal vez requiera, así como Hilary Evans autor de “The SLI Effect” reclama, una investigación seria.

Datos curiosos

Un gran porcentaje de los apagafarolas o “SLIders” como se los denomina en inglés, son propensos a realizar pequeñas descargas eléctricas con los objetos que tocan.

Aunque la mayoría de los casos de apagafarolas se dan al caminar, hay testimonios que afirman hacerlo al andar en bicicleta, moto, o autobuses.

Los SLIders suelen tener problemas con brújulas o relojes, a los cuales suelen detener.

Los equipos de radio pueden interferir con las lámparas de alumbrado público, por lo que muchos atribuyen a los apagafarolas un nivel de estática anormal en el cuerpo.


Así que cuando se apague una farola cuando pase cerca de ella no se asuste.............corra¡¡¡¡¡¡

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