Los trastornos degenerativos de las vértebras del cuello, o columna cervical, son una fuente común de dolor de brazo.
Si está experimentando dolor de brazo, el origen de sus molestias puede no que no esté realmente en el brazo, sino en el cuello. El cuello, o columna cervical, consta de siete vértebras separadas por discos intervertebrales de amortiguación y soportadas por músculos y ligamentos. También tiene muchos nervios vertebrales y raíces nerviosas.
Cuando alguien siente dolor, es una reacción a señales transmitidas por todo el organismo. Estas señales se envían desde el origen del dolor a través de los nervios de la médula espinal hasta el cerebro, donde se perciben como dolor. Los problemas originados en la columna cervical pueden provocar dolor y otros síntomas, tales como hormigueo, entumecimiento y debilidad muscular, que pueden localizarse en el cuello y/o extenderse a hombros, brazos y manos. El término médico para los síntomas que irradian hacia las extremidades es radiculopatía, derivado de las palabras latina "radix" o raíz, y "pathos", que significa enfermedad.
¿Qué es lo que provoca mi dolor de brazo?
Los discos intervertebrales de la columna cervical son muy importantes para la movilidad y el funcionamiento normal del cuello. El paso del tiempo, la edad, la genética y el desgaste diario pueden contribuir al deterioro de estos discos que, cuando están sanos, actúan como "cojines" para cada uno de los huesos de la columna, o vértebras.
Cada disco consta de dos partes:
* El núcleo pulposo: Centro blando gelatinoso del disco.
* El anillo fibroso: Anillo exterior fuerte y fibroso que rodea y soporta al núcleo pulposo.
Con el tiempo los discos intervertebrales se pueden secar, comprimir o dañar de alguna manera, debido a la edad, a la genética y al desgaste cotidiano. Cuando esto ocurre, el núcleo pulposo puede abrirse paso a través del anillo fibroso. La degeneración del disco puede dar lugar también a excrecencias óseas, también llamadas osteofitos, o a una estenosis vertebral, el estrechamiento de la zona de la columna por donde el nervio sale de la columna para dirigirse al resto del cuerpo.
Si el material del disco o del hueso oprime o se incrusta en una raíz nerviosa próxima y/o en la médula espinal puede provocar dolor, entumecimiento, debilidad, espasmos musculares y pérdida de coordinación, tanto en el sitio dañado como en otras partes del cuerpo, ya que la mayoría de los nervios del resto del cuerpo (esto es, brazos, tórax, abdomen y piernas) van del cerebro al cuello.
Estos síntomas y las condiciones que las provocan se llaman colectivamente discopatía degenerativa, si la condición se ha vuelto crónica con el tiempo. Sin embargo, repentinamente se pueden producir síntomas similares si el núcleo del disco se desplaza de manera extrema y compromete una raíz nerviosa, una condición llamada hernia discal.
Dolor agudo comparado con dolor crónico
El dolor agudo comúnmente se describe como penetrante e intenso; tiende a aparecer de manera repentina, pero también mejora con el tiempo y con un tratamiento conservador a corto plazo, tal como medicamento, ejercicio, fisioterapia o descanso.
El dolor crónico comúnmente se describe como un dolor profundo, fijo y continuo, sordo o ardiente, y puede ir acompañado de entumecimiento, hormigueo y/o debilidad que se extiende a las extremidades. El dolor crónico tiende a durar mucho tiempo y no se alivia con medidas conservadoras. Vigile su dolor de brazo utilizando nuestro Registro de control de síntomas.
¿Cuándo debo acudir a mi médico?
Si sufre de dolor de brazo crónico o dolor como consecuencia de un traumatismo físico que afecta a su cuello, tal como una caída o un accidente automovilístico, debe buscar tratamiento médico.
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