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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Lujo para morirse ¡¡¡


¿Quién es capaz de gastarse diez mil euros en su último traje? Más gente de la que podemos pensarnos, nos comentan en Funermostra, la feria dedicada la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios, que celebrado su décima edición del 10 al 12 de junio de 2009 en Feria Valencia.

Los antiguos egipcios enterraban con ellos sus posesiones más preciadas en el viaje al otro mundo, y a juzgar por los lujosos objetos funerarios exhibidos en la muestra, aquellas costumbres atávicas perviven en el inconciente colectivo.

Los aficionados a las cartas suelen pedir medio en serio medio en broma a sus deudos que les echen una baraja en 'la cajita' para entretenerse; y los ricos, como se deduce del extenso catálogo de artículos fúnebres de primera calidad, no les desagrada adornar su último tránsito con un espíritu de lujo y glamour.

La imagen del ataúd que acompaña a estas líneas es la del féretro más caro exhibido en Funermostra. Es de la firma Hygeco. Se trata de un féretro de diseño realizado con maderas nobles cuyo coste ronda los 10.000 euros.

Vaya hasta morir cuesta una fortuna......me quedo bien vivo¡¡¡

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