El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c
El video que se muestra a continuación es un mono comiendo malvaviscos con brazo protésico por medio de una interfaz cerebro computador.
Finalidad: el desarrollo de prótesis que ayuden a personas con parálisis. En este estudio –realizado en la Universidad de Pittsburgh– primero hicieron que los monos controlaran el brazo por medio de un joystick para agarrar malvaviscos. Así podrían visualizar el movimiento y activar las células cerebrales como si lo estuvieran haciendo de verdad. Luego inmovilizaron sus brazos y les conectaron microelectrodos en la corteza motora de su cerebro, donde se regula el movimiento voluntario (antes se había hecho algo similar con seres humanos para mover con la mente el cursor en la pantalla de un computador), y estos receptores se encargaron de enviar las señales neuronales a un software cuyos algoritmos traducían esta información a un lenguaje comprensible para el brazo biónico. Los monos aprendieron rápido. En pocos días lograron mover la prótesis e integrarla como si fuera un miembro natural de su cuerpo — eso dijeron los investigadores, y es lo que se muestra el siguiente video: (noten cómo flexiona, extiende y rota el brazo, el hombro y el codo, cómo agarra el alimento con el movimiento de pinza de la mano y cómo se alimenta)
Y aunque todo suene tan sorprendente, todavía hay obstáculos para que las extremidades controladas por medio de neuroprotésis puedan ser usadas por humanos. Leo en Scientific American que John Kalaska, un fisiólogo de la Universidad de Montreal afirma que es un gran reto diseñar electrodos más duraderos, porque los actuales se degradan después de unas semanas de haber sido implantados. Y también está el problema de la sensibilidad: las protesis actuales no controlan la fuerza con la que agarran las cosas — si se configura para que sea fuerte podría quebrar un vaso, y demasiado débil dejaría caer todo lo que agarra. Además no hay una retroalimentación que le de al cerebro alguna información sensorial sobre lo que está agarrando o tocando. El profesor de Neurobiología Andrew Schwartz, quien dirige al equipo de la Universidad de Pittsburgh que hizo este estudio, afirma que están buscando la manera de construir prótesis más adecuadas, con articulación en la muñeca y una mano con mejor aspecto. Más humana.
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