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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor ...

Reloj sin personalidad ??

El nombre de este curioso reloj es “Corpus Clock” y su hogar es la Universidad de Cambridge. Su funcionamineto se basa en un mecanismo de relojería inventado en el año 1772 por el ingles John Harrison llamado “Grasshopper Escapement”. En la cima de este reloj hay un saltamontes que se “come” los minutos. Indicando tal vez la irreversibilidad del tiempo perdido.

Este asombroso reloj, que fue diseñado por John Taylor y fue presentado por Stephen Hawking 286 años después de su invención original.



El saltamontes también llamado "cronófago", o "devorador del tiempo" y es el encargado de comerse los minutos y las horas, lo cual es marcado por el movimiento de la mandíbula y de la cola del insecto. Las manecillas son sustituidas por LEDs de color azul que señalan el paso inexorable del tiempo.

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