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Semilla de vida. Parte 2.

 El gran despertar U n día como hoy, hace ciento treinta y tres años llegué a un mundo donde la belleza de la naturaleza había sido cambiada por la eficiencia de la máquina y donde el disfrute por lo natural intercambiado por lo sintético elemental. Aún así la civilización que recibí como herencia hizo de mi un hombre buscador de verdades ocultas. Un insoslayable precursor de la solidaridad entre todas las criaturas con derecho a una vida digna y llena de amor. Un incansable hacedor de realidades y sueños carentes del medio físico que los impulse al mundo real. Un observador empedernido y vehemente del mundo que llega a mis ojos cada instante y que provoca en mi cerebro las multicolores imágenes producto del aglutinamiento de millones de fotones que como niños escapan hacia la libertad de la acción y hacia la esclavitud del destino. Realmente me siento bien físicamente aún cuando la prótesis visual que reemplazo mis ojos hace veinticinco años atrás me produce un pulsante dolor de c

Dresde: el Silicon Valley de Alemania


Todo equipo de alta tecnología del siglo XXI no podría funcionar sin el complemento de una memoria. Y los chips producidos en Dresde son la vanguardia de una prometedora avanzada tecnológica mundial. La ciudad de Dresde es considerada como la capital de la microelectrónica.

La fabricación de semiconductores requiere de ambientes muy limpios y totalmente libres de partículas de polvo. Pues lo delicado de los dispositivos microelectrónicos hace que cualquier contaminante diminuto que se pose sobre los semiconductores en construcción provoque su incompleta inoperancia. Y las fabricas de la ciudad de Dresde cumplen a cabalidad con esta rigurosa limpieza digna de un quirófano. Para darles una idea mis queridos lectores una persona que entre a la fabrica debe quitarse la ropa, maquillaje en caso de las mujeres y hasta la ropa interior. No basta con esto, se exige colocarse un traje especial con botas incluidas. Ante la protesta en silencio y desagrado que puedan tener los visitantes.

Una vez que el visitante se ha colocado este traje, debe pasar por una habitación donde se le añade otros implementos a la vestimenta. Para luego pasar por un cuarto que succiona a través de un flujo de aire cualquier partícula que haya quedado sobre al ropa.

Después de esta rigurosa limpieza el visitante llega a la habitación esterilizada donde lo que se ve son robots y computadoras. La presencia humana no se nota.


Producción masiva

Los chips son cada vez más baratos, por lo que sólo se pueden mantener las empresas en el mercado que puedan producir grandes cantidades. Y se producen grandes cantidades ahí en donde existe la demanda. En Asia.

Alemania, actúa en el marco de sus posibilidades y ha convocado a un concurso. Se buscan regiones que sean punta, que reunan empresas innovadoras e institutos de investigación. Dresde tiene buenas posibilidades de figurar bajo la consigna: Cool Silicon, que pretende utilizar energías renovables para mejorar la eficiencia energética en el área de la microelectrónica. “El objetivo de Cool Silicon es hacer posible que todos en el mundo tengan acceso al Internet, pero bajo el actual nivel de consumo de energía”, afirma Gerhard Fettweiss, coordinador del proyecto.

La ciudad sigue siendo atractivo para otros inversionistas. Una de las empresas más jóvenes de la capital sajona es la empresa británica Plastic Logic, que produce un display para un lector electrónico que saldrá al mercado a principios del 2010.


Abeja con chip en la feria de Hannover.

Fuente:: Insa Wrede/ Eva Usi

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